Tomás Gismera Velasco
Del libro:
Narrillos del Álamo, una mirada atrás
Narrillos del Álamo es una pequeña población situada en el confín de la
provincia de Ávila, Rayana con la de
Salamanca, en las inmediaciones del valle del Corneja y la comarca de la
Serrezuela.
Sus orígenes como población se
sitúan en la época de la Reconquista, cuando fue repoblado por gentes
originarias del país vasco-navarro, al igual que lo fueron las poblaciones
vecinas, Gallegos de Solmirón (en este caso repoblado por gentes llegadas de Galicia),
Ventosa de la Cuesta o de la Serrezuela (repoblada por gentes llegadas del
Bierzo leonés), o su anejo Mercadillo, repoblado igualmente con vasco-navarros.
Son pocos los rastros medievales que se conservan en estos municipios en
torno a sus orígenes, si bien la arquitectura románica de sus iglesias sitúan
sus orígenes en aquellos remotos tiempos. Con anterioridad a la Reconquista la
comarca estuvo poblada por tribus vetonas, e incluso quedan algunos rastros del
pasado de dominación romana, en forma de miliarios que hubieron de señalar
algunos tramos de la conocida y cercana Ruta de la Plata; dos de estos, si bien
desgastados por el paso del tiempo, pueden observarse en la población, habiendo
sido estudiados y catalogados por la arqueóloga María del Rosario Hernández
Sobrino.
Recientemente, y con ocasión de los trabajos indagatorios para dar a la
imprenta lo que se ha convertido en la historia de Narrillos del Álamo,
“Narrillos del Álamo, una mirada atrás”, fue estudiada por el autor de este
trabajo, y de dicha obra, una de las cruces situada en el frontal de la casa
documentada como más antigua de la población y que perteneció, al menos desde
finales del siglo XVI a la Cofradía de la Vera Cruz o de la Sangre de Cristo de
la población, fundada a mediados de ese siglo, y reformada en el siguiente, en
1645, cuyos actas fundacionales se encuentran en el Archivo Diocesano de Ávila,
transcritas en la obra citada, siendo tal vez una de las más antiguas de la
provincia de Ávila, al tiempo que más curiosas por su contenido etnográfico,
tratándose de una cofradía de penitentes, que posteriormente, en el siglo
XVIII, se refundió con la Cofradía del Señor y la Fundación de las Misas de
Minervas, existentes en la población. Fundación llevada a cabo por el entonces
Fiel de Fechos del Concejo, natural de Narrillos, y su esposa, nacida en el
anejo de Mercadillo.
Difícil de situar en el tiempo, encontramos en su fachada principal,
sobre la puerta de acceso, una cruz basta, de cuatro brazos, tallada en
granito, que si bien en un principio pudo parecernos representativa de la
citada cofradía, estudios posteriores nos han demostrado que se trata de una
estela funeraria discoidal, de cruz patada, separada del vástago primitivo,
cuyos orígenes bien pudiéramos situar en fechas anteriores al siglo XIII. Nadie
en la población mantiene memoria sobre dicha estela, en la actualidad, y desde
mediados del siglo XIX, dentro de una propiedad particular cercada de alto
muro, lo que la oculta a la visión, si bien, y desde al menos tres o cuatro
generaciones de sus actuales propietarios, fue conocida, desconociendo sus
orígenes, como “la cruz de los templarios”.
En: BOLETÍN INFORMATIVO SOBRE LAS ESTELAS DISCOIDEAS. BULLETIN INFORMATIVE SUR LES STÉLES DISCOÏDALES. MITTEILUNGSBLATT ÜBER SCHEINBENKREUZSTEINEN. Número 28. Tercera época. Enero - Marzo 2013.