Página mantenida por Tomás Gismera Velasco/Atienza de los Juglares. Correo.: atienzadelosjuglares@gmail.com







lunes, 21 de febrero de 2011

EL BRAVO VARGAS DE MERCADILLO

EL BRAVO VARGAS DE MERCADILLO.

Entre los primeros pobladores, tanto de Narrillos del Alamo como de Mercadillo, figuraron los Vargas de Figueroa emparentados familiarmente con los Moreta Maldonado, vizcondes de Huerta y familiares del bravo capitán comunero de Salamanca Francisco Maldonado.
Siempre existirá mientras no se encuentren los documentos efectivos que prueben la realidad, la duda de cual de los dos pueblos surgió primero, si Narrillos del Alamo o Mercadillo.
Es lo cierto que mientras la gran mayoría de tierras de Narrillos del Alamo pertenecieron a la familia Moreta Maldonado, las de Mercadillo lo fueron a los Vargas de Figueroa, y es lo cierto también que los Vargas de Figueroa estuvieron asentados en Narrillos del Alamo durante varios siglos, donde es de suponer que tuvieron "casa palacio", que posteriormente pasó a pertenecer a la iglesia de Narrillos. Que se levantó en el lugar que muestra la imagen.
Pero hoy quiero hablar de uno de aquellos Vargas, a quien yo llamo "el bravo Vargas", poseedor de grandes extensiones de tierras en Mercadillo a fines del siglo XV, y en abierta y constante disputa por ellas con el señorío episcopal de Bonilla de la Sierra y con los todopoderosos señores del Valle del Corneja, los duques de Alba.
Este Vargas, allá por el año 1490, o algo así, llegó prácticamente al enfrentamiento armado con la entonces duquesa de Alba, por un quítame allá esas tierras.
Resulta que la duquesa se había apropiado de unas dehesas propiedad de los Vargas y, como en los viejos retos a estoque, este Vargas, desde Mercadillo, hizo correr la voz por la comarca, colocando pasquines que daban cuenta del hecho por los pueblos aledaños, de que "se había de tener buen cuidado con la señora duquesa (de apellido Carrillo), porque era muy dada a la usura, la usurpación y las malas artes en beneficio propio y perjuicio de los demás".
Ganó la batalla el bravo Vargas de Mercadillo.

domingo, 13 de febrero de 2011

LA CRUZ DE LA NIÑA

LA CRUZ DE LA NIÑA

   Cuentan que allá, por los tiempos de... tan lejanos que nadie es capaz de hacer memoria del sucedido, una niña de Narrillos del Alamo acudía a llevar la comida a sus padres, trabajadores del campo, a alguna de las parcelas que se encontraba en plena sierram en dirección a Gallegos de Solmirón.
   Eran tiempos sino invernales, poco menos, puesto que los caminos debían de estar borrados por el agua o la nieve y los lobos, que entonces proliferaban en la comarca, andaban al acecho de cualquier presa con la que sustentarse.
Por supuesto, atacaron a la niña y la devoraron, y en el lugar mismo donde aquello ocurrió, alguien puso una cruz que desde entonces pasó a llamarse "La Cruz de la Niña".
Así me contaron la pequeña historieta, a la que cada cual añade su ribete de terror, año del suceso e incluso identificación de la pequeña.
Es lo cierto que la leyenda es similar a tantas y tantas de nuestra vieja Castilla. Lo cierto es que la leyenda de la Cruz de la Niña es en Narrillos tan antigua que ha pasado de generación en generación a lo largo de los siglosm al menos de tres siglos, puesto que en el Catastro de Ensenada de 1752, ya se cita el lugar de La Cruz de la Niña.
Todo un ejemplo de trans´misión oral de algo que, sucediese o no, ha dejado huella.

jueves, 3 de febrero de 2011

EL CORPUS Y SU OCTAVA, EN NARRILLOS DEL ALAMO Y MERCADILLO

EL CORPUS Y SU OCTAVA EN NARRILLOS DEL ALAMO Y MERCADILLO.

   Que las iglesias de Narrillos del Alamo y de Mercadillo fueron en sus orígenes prácticamente idénticas, y que en ellas trabajaron los mismos alarifes, no cabe la menor duda, tan solo hay que echar una ojeada a cualquiera de ellas, o comparar las dos, para darse cuenta.
   La torre de la iglesia de Narrillos padeció, más que la de Mercadillo, los avatares de los tiempos, y de las velas que iluminaban antiguamente los templos, de lo contrario, y como sucede con otras iglesias de la zona, la torre sería además de campanera, vigilante del amplio campo que desde sus alturas se pueden observar.
   No solo los obreros de sus iglesias compartieron ambos pueblos, anejo Mercadillo a Narrillos desde el comienzo de sus andaduras, compartieron incluso al bravo Vargas, aquél que se enfrentó a los poderosos señores de Corneja y corrió por la comarca la noticia de que la duquesa de Alba le había "sustraido" sus tierras de Mercadillo.
   Hasta las fiestas fueron idénticas en el uno y en otro, desde San Juan a San Juan, hasta que uno de aquellos curas que también compartieron, se cansó de tanto ajetreo de ir de un pueblo a otro a decir la misa y acudir a la procesión, y solicitó de su obispo, cosa que le fue concedida, que en Narrillos se celebrase la fiesta y en Mercadillo la octava.
   Así, y desde el siglo XVII, en Narrillos se celebraron las fiestas principales y en Mercadillo, a los ocho días, la misma fiesta, comenzando por las del Corpus.
   Aquel refrán de que "no hay fiesta sin octaba", se cumplió en ambos pueblos a lo largo del tiempo.